OPINIÓN | Tibia estrategia de Morelos contra coronavirus
Política para Cigotos | Oswald Alonso.- En algunos estados del país como Michoacán, Jalisco, Chihuahua o Ciudad de México, la…
Política para Cigotos | Oswald Alonso.- En algunos estados del país como Michoacán, Jalisco, Chihuahua o Ciudad de México, la gobernadoras y los gobernadores, respectivamente, además de seguir lineamientos nacionales, decidieron tomar sus propias determinaciones frente a la pandemia que entró en fase III en México. Lo contrario ocurre en Morelos donde el gobernador ausente Cuauhtémoc Blanco, aparece sólo cuando hay que hacer un spot para publicitarse y simular que cumple con su obligación constitucional, como lo hizo este fin de semana donde reapareció otra vez para grabar un spot donde se le ve armando despensas y después repartiéndolas en Amacuzac, municipio donde no hay casos de coronavirus..
El subsecretario de salud Hugo López Gatell, ha dicho de manera categórica qué los gobernadores y sus autoridades sanitarias, pueden tomar decisiones en sus estados porque se los permite su autonomía. Pero en Morelos tienen miedo a hacerlo.
El tibio secretario de salud en Morelos, Marco Antonio Cantú, quien en todo momento ha intentado justificar la ausencia del gobernador en las conferencias diarias del reporte del coronavirus, ha dicho que todas y cada una de las medidas que adopta el estado, están apegadas a los decretos el gobierno federal. No se duda de eso, solo que tampoco se ve iniciativa para tomar decisiones propias.
En contraste, el Comité Municipal de Contingencia Covid-19 (CMCC-19) en Cuernavaca, liderado por un grupo de cuatro científicas y científicos, ha tomado decisiones importantes antes que nadie, para evitar el contagio masivo en la ciudad.
Por ejemplo, los científicos fueron los primeros en ordenar el cierre de negocios con actividades no esenciales, fueron los primeros en ordenar el cierre de albercas privadas, balnearios, discotecas, bares.
Fueron los primeros en ordenar el cubrebocas obligatorio en el trasporte público, fueron los primeros en cerrar los comedores de los restaurantes y sólo permitir la venta de alimentos para llevar. Han sido un modelo, incluso para otros municipios que adoptaron algunas disposiciones.
Atrás siempre ha quedado el gobernador ausente y su secretario de salud Cantú Cuevas, quien no sabía del brote del virus en el hospital regional del IMSS, o quizá lo intento ocultar para no alarmar a la población.
Al estado le hace falta un líder que esté al frente de la estrategia de la pandemia, hace falta alguien con capacidad de decisión, con conocimiento de las repercusiones sociales, sanitarias y económicas de la pandemia. Alguien con sensibilidad y que quiera recorrer el estado para saber como está su gente. Que visite los hospitales para constatar que todo está listo para atender a los enfermos de covid-19 cuando lleguen a las salas de urgencias. Que se encuentre con las enfermeras y médicos para darles ánimo y esperanza porque ellos son los protagonistas de este histórico momento.
Alguien que aglutine a los presidentes municipales, que siente a los empresarios para que se solidaricen con sus trabajadores; necesitamos alguien con credibilidad, alguien que por lo menos hable, que sepa decir las palabras necesaria en el momento de mucho dolor para familias que han perdido a su ser amado.
Buscamos a un líder que no le tiemble la mano, que exija al gobierno federal los materiales necesarios para atender el Covid-19, que tome determinaciones para anticipar y prevenir contagios mayores, que se dirija a sus votantes por lo menos para hacerles creer que ahora si no va a fallar.
Lo anterior no va a ocurrir, porque este gobierno ya estaba en una contingencia política antes del coronavirus. Ya estaba en contingencia por las disputas de los grupos de poder dentro del gobierno, que se pelean los negocios y el control sobre el mismo gobernador ausente. No hay dirección, en consecuencia tampoco líder que encabece el frente de batalla contra un microscópico ser llamado covid. Lo paradójico es que este virus amenaza con terminar el futuro político –si es que lo tenía- de Cuauhtémoc Blanco.
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