El manotazo de Urióstegui al PAN
Política para Cigotos | Oswald Alonso .- Dentro del ayuntamiento de Cuernavaca existen dos fuerzas que intentan (sin lograrlo) gobernar…
Política para Cigotos | Oswald Alonso .- Dentro del ayuntamiento de Cuernavaca existen dos fuerzas que intentan (sin lograrlo) gobernar y que permanentemente meten en problemas al edil José Luis Urióstegui Salgado.
Por un lado, está la estructura ideológica doctrinal de la derecha de este país representada por el PAN, que dió por conveniencia el registro para que Urióstegui Salgado ganara la pasada elección en la capital, lo que les mereció una parte importante de posiciones en el gabinete municipal.
La otra estructura, es la que ha acompañado al exprocurador durante varios años en las campañas y en la administración pública. Estructura que tiene doctrina más progresista y liberal, más cercana incluso a la izquierda de este país que bien podría ser la de Morena. Filosofías políticas que están chocando y causando problemas en el desarrollo de políticas públicas para la población de la ciudad.
Un ejemplo, son las visiones encontradas de la joven conservadora Laura Patricia Hernández Cruz, secretaria de Desarrollo Humano y Participación Social, con la Directora General del Instituto de la Mujer Lorena Elizabeth Castillo. Laura es una católica que va a rezar dos veces al día a la iglesia y es promotora de lo que llama la vida desde la concepción del embarazo, mientras que, Lorena, una científica surgida del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), es una convencida de la interrupción legal del embarazo, como parte de una política pública de salud en México.
La caída del puente en el Paseo Ribereño, que trajo como consecuencia más de 10 lesionados, incluyendo a regidoras y la propia esposa del edil, nos volvió a mostrar dos visiones contrastadas en un gobierno municipal.
Ya es sabido que el ex titular de la Secretaria de Desarrollo Sustentable Pablo Aguilar (militante del PAN) y Humberto Paladino (suegro del exdirigente del PAN), fueron notificados por Protección Civil Municipal, que no era viable reabrir el Paseo Ribereño por falta de mantenimiento, principalmente al puente que se cayó, pero no se hizo caso.
Pablo fue obligado a pedir una licencia, ya que fue obvia su omisión al no haberse enterado o minimizar las irregularidades detectadas pero los regidores del PAN intentaron presionar a Urióstegui Salgado para que les regresara esa posición o reintegrara a Pablo, otro duro creyente de la doctrina panista cuya misión en el municipio no era la de servir a la población, sino a Dios y lo que el les ordenara por medio de mensajes divinos.
Incluso, el regidor panista Jesús Raúl Fernando Carillo Alvarado, en un acto desesperado por recuperar la secretaria para el PAN, pidió públicamente al presidente que regresara a Pablo Aguilar, ya que si había un culpable de que se cayera el puente, era el expresidente Antonio Villalobos.
El intento de presión no causó el efecto esperado, por el contrario, motivó que José Luis Urióstegui, diera el primer manotazo visible, para dejar en claro, de una vez por todas, quién es el presidente y quién toma las desiciones en la administración municipal.
Este primer manotazo, debe dejar en claro a la estructura panista, que si bien son parte de un triunfo en la pasada elección, quién verdaderamente ganó con el voto de una mayoría ciudadana, fue el abogado que tenía más de ocho años haciendo campaña. Eso no lo deberían olvidar, sobre todo sabiendo que es Urióstegui el único que podría competir con amplias posibilidades de ganarle a Morena la gubernatura. Quizá el manotazo sirva.
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